SALIR DE LA DUALIDAD

Hoy os quiero hablar sobre la importancia de salir de la dualidad.
Se habla mucho de la dualidad pero nos cuesta ser conscientes de qué es exactamente y como nos influye en nuestras vidas.
La dualidad es el hecho de creer que solo hay dos opciones, dos maneras de sentirse respecto a algo, dos caminos, dos respuestas, dos estados y además estas dos representaciones son opuestas.
Para ser más concretos, estoy hablando de vivo o muerto, luz u oscuridad, contento o triste, bueno o malo, cerca o lejos.
Siempre que nos encontremos en un estado de dualidad, es que estamos en un conflicto, estamos obcecad@s, con la conciencia cerrada, tenemos poca perspectiva y por tanto estamos viviendo algo que nos toca en lo personal.
Cuando estamos en la dualidad estamos en nuestro problema y nos cuesta comprender la situación y las otras personas, hay una connotación de radicalidad y de exigencia.
Es muy importante tomar consciencia de todo esto porque cuando salimos de la dualidad experimentamos una apertura de horizontes, la conciencia se amplía, el foco crece y hay más libertad interna y por tanto también más libertad hacia los demás.

Salir de la dualidad significa darse la oportunidad de ver y comprenderse a un@ mism@ y a los demás, al hacer esto, ya no hay blancos y negros, simplemente hay una combinación única de colores que hace que esa situación se haya vivido así. Ahora puedo salir de la dualidad para ir a la individualidad, a lo específico y hacia la unidad, el centro.
Desde ahí podemos decir que estamos en equilibrio y que en función de lo que vaya pasando y de cómo me vaya sintiendo voy a ir variando, eligiendo, haciendo, sin fijarme estereotipos, etiquetas, etc. Es una liberación del juicio y eso es maravilloso. Cuanto menos nos juzgamos a nosotr@s mism@s menos juzgamos a los demás y la vida es más fácil, alegre, crece, fluye y el ser tiene el espacio de ser tal como es a cada momento.
Ver el mundo de una manera dualista es muy desaconsejable por varios motivos:
Imagina que creemos estar en un extremo y por algo ese extremo no nos es beneficioso, nos gustaría que fuera diferente. Creeremos que tendremos que hacer un cambio tan grande, con tanto esfuerzo, que lo sentiremos imposible y lo vamos a dar por perdido antes de empezar. Por ejemplo, alguien que vive de manera conflictiva un en estado de escasez económica prolongada, tendrá en su referencia a los pobres y a los ricos. Ser pobre no le va a gustar y ser rico le parecerá imposible y además seguramente va a despreciar a los ricos y al dinero.

Otra característica es que nos vamos a identificar con ese polo, lo vamos a hacer parte de nuestra identidad, de nosotr@s mism@s, y desde ese lugar cambiar, movernos, aunque solo sea un milímetro va a ser muy difícil y nos va a generar grandes dilemas. Un ejemplo de esto es la política, soy de izquierdas o soy de derechas. Y así nos estructuramos en el modelo de lo que hay que ser, es una trampa para el ser, ya que al creer que eso eres tú, sentirás que te debes lealtad a ti mism@. Será por eso que no te permitirás pensar diferente, por lealtad a ti y a los que te conocen.
Otro problema es que vamos a distorsionar la realidad, porque limitamos las posibilidades solo a dos cosas o dos maneras de hacer. No contemplamos que el ser es integral, diverso y complejo. Nos definimos en dos cosas y así la vida es muy acotada y limitada, la conciencia se cierra. Soy mal@ o soy buen@, si una vez me dijeron que fui mala, ya no puedo ser buena, porque una vez fui mala, por tanto voy a llevar ese peso toda la vida. Por otro lado, puedo intentar compensar eso siendo buena y sacrificada para los demás, o me voy a rendir a ser mala y no pararé de meterme en líos desarrollando un carácter egocéntrico.

Es por ello que un gran reto de la humanidad es salir de la dualidad, darnos cuenta de la gran diversidad de cosas y de opciones y de que cada circunstancia es diferente. Tenemos que salir de la vivencia conflictiva, hay personas que con menos dinero que otras, se sientes más ricas, sin embargo, si sigo en el conflicto, por más dinero que gane, no me sentiré satisfech@.
Una persona no es pobre, sino que vive una situación de pobreza o escasez. Esa situación puede ir cambiando paso a paso hacia una mejora económica y esa progresión será positiva por poca que sea, y a veces, será una gran progresión, no hay una meta a donde llegar, se trata de ir avanzando.
Una persona no es de izquierdas o derechas, sino que tiene ideas que se asemejan a las ideas de izquierdas o derechas. Además, cada uno tiene el derecho de coger las ideas que crea oportuno en ese momento, acorde a la información de la que dispone. Las ideas no son propiedad de nadie.
Cuando te dicen que eres mal@ o buen@, eso es absurdo, ¿alguna vez estuviste disconforme con tus padres y por eso eres mal@? No tiene sentido, seguramente al escuchar, lo único que pasó es que había distintas necesidades por ambas partes que no se supieron escuchar ni atender. Ni malos ni buenos.
Básicamente, nuestros pensamientos, nuestras opiniones, la manera de ser, son una mezcla de muchas cosas, circunstancias, vivencias que nos conviene no encajonar para no perder nuestra verdad. Al final, vamos del individuo a la unidad, tenemos que aprender a saltarnos la dualidad. Todos somos expresiones distintas de una misma luz y aprendemos a brillar en nuestra verdad.

Irene Fontana García
Junio de 2020

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