La biodescodifiación es una herramienta de acompañamiento terapéutico, que te ayuda a conocerte en profundidad y a respetarte, a restablecer la relación con tu cuerpo e ir al encuentro de tu salud física y emocional. Lejos de lo que la mayoría hemos aprendido, las emociones no expresadas destruyen, y las emociones expresadas liberan.
Hay algo que te conviene saber y aceptar cuanto antes: el lenguaje de comunicación entre tu ser, tu cuerpo y tu cerebro, son las emociones.
Nuestro ser utiliza las emociones para comunicarse con nuestro cuerpo y nuestra mente, cuando esas emociones no son atendidas y la necesidad queda insatisfecha, el cuerpo se adapta para satisfacer la necesidad, y esa adaptación vendrá a dar una patología en el cuerpo o un cambio de nuestro comportamiento. Estas adaptaciones tendrán siempre una intención positiva.
La emoción y la necesidad interna están en tu inconsciente, ahí reside el verdadero drama. Habitualmente solo somos conscientes de la punta del iceberg. Por ejemplo:
Punta del iceberg consciente: estoy preocupado por la falta de dinero.
Parte hundida del iceberg inconsciente: vamos a ser pobres y a pasar mucha hambre.
¿Te has dado cuenta que a menudo, después de un evento de carga emocional fuerte, aparecen en tu cuerpo síntomas físicos de algún tipo?
¿Te has fijado que muchas veces te sientes mal y expresas de manera profunda eso que te aflige, hablando con alguien de confianza o escribiéndolo, y al hacerlo te sientes bien?
¿Te ha pasado alguna vez que has ido al médico por alguna enfermedad o dolencia y te ha hablado de la influencia del estrés en ésta?
¿Alguna vez has vivido que después de pasar una semana o un tiempo de presión psicológica, por el trabajo o por temas personales, cuando viene tu momento de descanso, fin de semana, vacaciones o resolución de un problema, te enfermas con un catarro, un dolor de cabeza, u otro síntoma?
El cuerpo utiliza las emociones para saber si algo es beneficioso o no para él, y en función de eso, el cerebro registra las emociones con el instante vivido y da una respuesta adaptativa. La vida está en constante cambio, el cuerpo se tiene que adaptar a muchísimas situaciones, lo que vivo en casa, lo que vivo en el trabajo, lo que vivo en el tiempo libre, durante las comidas, durante los viajes, y el gran abanico de las relaciones. Constantemente el cuerpo se regula en hormonas y otras sustancias, con tal de vivir y sobrevivir en función de lo que sentimos y en función del entorno. Como yo no puedo cambiar el exterior, adapto el interior, todo pasa a través de mí, yo soy el filtro y en función de mi filtro la biología se regulará.
Imagina que estás viviendo la siguiente situación:
Te despiertas un día por la mañana, tranquilamente con tu rutina establecida, desayunas, sales de casa y vas a coger el coche. Cuando te vas acercando al lugar donde recuerdas que estaba tu coche, te das cuenta de que no está. Empiezas a dudar del sitio hasta que te das cuenta de que definitivamente te han robado el coche. El corazón se te acelera, respiras más fuerte y seguramente tendrás sensaciones de ira y tristeza de manera alterna. ¿En ese preciso instante qué sientes?
Por tanto cada vez que tengas un síntoma, observa qué has vivido o pensado antes, el síntoma que desarrolles dependerá de cómo tú vivas esa situación y cómo lo vivas, dependerá de tu historia personal y transgeneracional, esto último lo hablaré más adelante.
La gran mayoría de las veces, el problema es que no expresamos las emociones en toda su magnitud, guardamos una parte o toda por completo, y al hacerlo nos hacemos daño y sufrimos. Detrás de cada emoción hay una necesidad y si no la escucho, la necesidad se va a quedar insatisfecha y el cerebro va a querer satisfacer la necesidad utilizando lo que tiene disponible, tu cuerpo o tu comportamiento.
Los motivos por los cuales tapamos, escondemos lo que sentimos son muy diversos, el principal es que desde pequeños nos han educado para esconder nuestras emociones. La gente tiene miedo a sentir tristeza, rabia, desesperación, frustración, impotencia, etc. y es así como acabamos educando a los pequeños, negando el derecho a sentir, negando lo que sienten y al final el niño se queda sin expresar su emoción y con su necesidad insatisfecha.
En ese punto se empezarán a instalar las primeras creencias: X no me quiere, X no me acepta tal como soy, no existo para los demás, soy feo, soy nula, la vida es una mierda, el dinero es malo etc. También hablaremos más delante de las creencias.
Ese niño crecerá y se hará un adulto que ha aprendido a no atender a sus emociones, a las señales de su cuerpo, e incluso negará lo que siente con tal de no mostrarlo y vivirá constantemente en su mente, en el raciocinio, incluso las emociones positivas serán difíciles de experimentar en toda su intensidad y la intuición irá desapareciendo. Si por el camino se encuentra con alguien o con alguna experiencia que le haga ver que sentir es bueno, que es liberador, que le ayuda a conocerse, que es una manera de comunicación, de sentirse vivo y en paz; este adulto empezará a cambiar y la confianza en sí mismo y en la vida crecerán dentro de él, el amor y la alegría brotaran y ahora las emociones simplemente son señales u indicadores de las necesidades internas: las escucho, las atiendo y las libero, eso es verdaderamente hacerse adulto.
Las sesiones son individuales, suelen tener una duración de 1 hora, y pueden ser presenciales en TU INSTANTE o «on-line» por video llamada.
Todas las herramientas de trabajo que se exponen en esta web están enfocadas hacia una mejora personal a todos los niveles y en ningún caso substituyen el trabajo de la medicina alopática convencional, no entramos en diagnósticos ni tratamientos médicos. Se trata de herramientas complementarias que pueden convivir en perfecta armonía.